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Dead Mount Death Play

Dead Mount Death Play #1

En un mundo de fantasía, Shagrua, el destructor de calamidades, se enfrenta al nigromante apodado el Dios Cadáver y, aparentemente, lo derrota. Pero antes, el nigromante ha podido lanzar cierto hechizo… De modo que el Dios Cadáver se despierta en Shinjuku, Tokio, en el cuerpo de Polka Shimonoyama, un chico al que acaban de cortar el cuello. ¡Y enseguida aparece Misaki, su asesina, dispuesta a rematar el trabajo!

Aunque en la Tierra resulta haber poco maná, el Dios Cadáver conserva su Ojo del Mal que le permite ver espíritus, y a gracias a ellos consigue usar su magia, para asombro del informador Takumi, la intermediaria Clarisa y su gente. Tras matar a Misaki por error, decide «arreglarla»… ¡convirtiéndola en zombi!

A pesar de la sorpresa, Clarissa se toma el despliegue de magia con mucha filosofía, más interesada en las intenciones y acciones de Polka. Entonces se declara un incendio, y Polka interviene con su magia, cosa que pondrá sobre su pista a la policía y a otros elementos el submundo criminal.

El tomo finaliza con una historia corta en prosa, que nos cuenta las consecuencias para Shagrua en su mundo.

Dead Mount Death Play de Distrito Manga es un isekai inverso que mezcla fantasía, sobrenatural, thriller y gore (con una escena casi-hentai incluida) con momentos cómicos para crear un mundo interesante y atractivo.

Estamos ante un elenco diverso y colorido, con personalidades marcadas y distintivas, aunque algunas retorcidas, delirantes y extravagantes, que, sin embargo, congenian muy bien. No esperéis angustias existenciales ni nada por el estilo. Misaki está encantada de ser una zombi, y el alma del Polka original está más que contenta residiendo en un tiburón de peluche. Tampoco esperéis que los policías sean la voz de la razón: para ser parte del Equipo de Recopilación de Materiales nº 3, que investigan a los «agitadores», no se puede ser un policía que sigue las reglas.

Este primer tomo presenta un mundo que inmediatamente nos engancha con los misterios y preguntas que se van formulando, y con el desparpajo con se enfrenta a ellas. Pronto queda claro que en Shinjuku también pasan cosas muy raras, y puede que Polka no sea lo más extraño que pulule por ahí.

Todo ello está envuelto en el buen dibujo de Shinta Fujimoto, limpio y atractivo, que no ahorra en gore y que controla el ritmo de los momentos cómicos para su máxima efectividad.

Un solido inicio de una serie que promete mucho.

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